La palabra es una gran aliada, la voz el mejor medio y unos oídos acompañados de una mirada de confianza son la mejor cura.
Todos tenemos problemas, miedos, inseguridades y agobios; todos hemos pasado por malas rachas de las que esperamos poder salir pero no sabemos cómo y muchas veces sólo necesitamos hablar y desahogarnos. Ni siquiera estoy diciendo que necesitemos que nos aconsejen. Soltar todos los demonios por la boca ya de por sí te hace quitarte parte del peso que llevas colgado sobre los hombros; y si a eso le añadimos que quien escucha no te aconseja pero te muestra otro punto de vista el alivio es mayor.
No se camina igual estando agotado si vas tú solo aguantando todo el peso de tu cuerpo (y de tu mente) que si alguien te tiende su brazo o su hombro para que puedas dejar parte del lastre sobre un punto ajeno a tu persona.
Si ya no puede ir peor, haz un último esfuerzo. Espera a que sople el viento a favor...
Bajar, subir... quedarse abajo, quedarse arriba...
ResponderEliminarGenial :)