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viernes, 19 de noviembre de 2010

El valor del silencio



Samantha adoraba el silencio... donde la palabra ya no podía explicar más, donde la música necesitaba un inciso para expresarlo todo, donde la imagen precisaba mutismo para asimilar en profundidad un fotograma digno del veto del sonido..... ese era el silencio para ella imprescindible.
En muchas ocasiones se regía por esos momentos en las conversaciones en que nadie decía nada para entender lo que estaba ocurriendo: en ocasiones el silencio era tenso, otras ejercía las veces de un sedante; pero la forma en que más le gustaba el silencio era cuando nada podía describir mejor que éste los pensamientos y sentimientos humanos.
Por ejemplo, las miradas: tomaban verdadera importancia sólo acompañadas de silencio, ese maravilloso silencio en el que no hace falta decir nada porque una sola palabra estropearía la perfección del momento. Según Samantha únicamente se podía decir más en una de esas situaciones en que las miradas se quedaban fijas en los ojos de otra persona si una sonrisa o un suspiro la acompañaba.

Cuando no se puede decir nada es mejor disfrutar del silencio, hay veces que merece la pena no hablar y deleitarse con aquellas cosas que no somos capaces de percibir con interferencias sonoras. Saboread más el silencio y vuestra vida será más rica: tendréis el privilegio de descubrir lo que quizás nadie más sea capaz de ver.

2 comentarios:

  1. No es necesario hablar para saber. Muchas veces el silencio proporciona más información que una conversación, aunque hace falta una predisposición para el absoluto silencio. De echo sabemos que existen muchos tipos de silencio :P
    Yo me decanto más por una tranquilidad sonora: el sonido de la lluvia sobre un tejado, el del viento de montaña y quizás la música cubista :)

    Un abrazo.

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  2. Todos tus personajes tienen misteriosamente nombres en inglés?
    Hollywood te tiene demasiado atrapada

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