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viernes, 20 de agosto de 2010

El cazasueños





   Había una vez una joven bastante incrédula y desconfiada a la que paseando por una feria esotérica una bruja le regaló un cazasueños.
"Dicen que los cazasueños sirven para ahuyentar las pesadillas y que sólo entre la energía positiva." - Dijo la bruja.
   Como no se puede decir que no a un regalo la chica se lo quedó y lo colgó en la ventana de su habitación.

   Lo cierto es que pese a que no se dejaba sugestionar por todo aquello que parece tener un trasfondo relacionado con la magia y el mundo esotérico le tenía bastante respeto. Es más posible que no quisiera creer que el hecho en sí de que no creyese.

   Pues bien, la verdad es que las pesadillas no cesaron, pero comenzaron a reducirse sustituyéndose por  sueños no demasiado relevantes pero imprescindibles.
Una noche, en su descanso apareció un monje budista que le dijo: "Si amas algo de verdad déjalo marchar. Si no vuelve es que nunca fue tuyo."
   Ese sueño marcó su vida para siempre: en la mayoría de las decisiones que tomaba a nivel personal aplicaba la sabia expresión que un monje una vez le mencionó. Siempre pensó, a partir de entonces, que el cazasueños había atraído al budista para ayudarle a tomar decisiones en su vida.

   Lo cierto es que pasó toda la vida mirando el cazasueños antes de acostarse para atraer al monje y que le aconsejara de nuevo: nunca sucedió.
   Su vida no la cambiaba el cazasueños, era ella quien llevaba el timón de su propio barco.

1 comentario:

  1. Me encanta...

    Te echo de menos villenera, pronto nos vemos :)

    Un fuerte abrazo.

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