El agua de los lagos se volvió de color plata y el viento, que traía un delicado aroma a canela, dibujaba en su fina piel ondas y surcos que advertían que el mundo estaba en calma.
No existían guerras y hasta las montañas dejaron de ser inertes: casi parecía que tuviesen ojos y estuvieran a punto de llorar de la emoción.
En un planeta llamado Sueños el hambre se erradicó para siempre y luz y oscuridad; frío y calor; luna y sol.... siguieron su curso complementario al opuesto.... opuesto imprescindible...

Dicen que aquél planeta sólo lo pudieron conquistar algunos privilegiados que dejaron paso a cosas mejores y más puras en sus almas que el resto de los mortales. Quienes tuvieron la oportunidad de conocerlo fueron realmente afortunados....
El día en que se acabó el hambre en el mundo, pese a ser casi el mismo el mundo fue un nuevo lugar....
El privilegio, vas a conservarlo durante muchos años :)
ResponderEliminarMe encantaría presumir de ello :)
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