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lunes, 19 de marzo de 2012

Desagradecida

"Riiing riiiing riiiiiiiiing" Eran las 6 de la mañana y sonó el teléfono. Nadie contestó...

Hacía mucho tiempo que Monique ya no era la misma. ¿Cuándo sucedió? ¿Por qué empezó a cambiar? Antes cuando iba a la redacción de "Le Monde" donde trabajaba, todo el mundo le decía: "Bonjour Monique! Comment ça va?" con una sonrisa de oreja a oreja. Por todos era conocida como una mujer alegre y positiva; decían de ella que desprendía tanta luz como el sol del Mediterráneo, tan añorado en París.
Pero poco a poco empezó a tener gestos desagradables; y sin explicación alguna cada vez trataba peor a los que tenía más cerca. Se fue convirtiendo, muy paulatinamente en una borrasca feroz en unas ocasiones y simplemente fría y nublada en otras... El sol sencillamente, se apagó.
Un día estaba trabajando frente a su ordenador y al levantar la cabeza vio la redacción funcionando a una velocidad frenética a la que ella no podía engancharse, todo se le escapaba de las manos y ya no tenía hueco allí. No conocía a nadie y nadie parecía reconocerla tampoco: la gente la ignoraba . Se agobió. Salió corriendo dejando todo a medias y se fue a su casa.

¿Por qué? ¿Por qué había sido borrada de la faz de la tierra? ¿Quién había osado gastarle esa broma tan pesada? ¿Por qué tenía la sensación de que estaba sola, de que nadie la conocía, de que... no existía ya?
Era una desagradecida, ese era el principal problema. De la noche a la mañana dejó de dar las gracias, de sonreír, de brillar.... se veía mate, sosa, sin nada que destacase en ella como característica única. Ya no era alguien especial a quién poder tener la suerte de conocer; se había convertido en una influencia negativa para el estado anímico y las vibraciones de los demás.
Quizás se lo había ganado a pulso...
El problema era ella y decidió no hacer más mal a los demás... pensó que quizás lo mejor era sobrevivir sin hacer daño ni ruido. En casa no decepcionaría a nadie más.

Tuvo una última oportunidad de ser alguien normal y de volver a ser feliz... pero no cogió el teléfono.


2 comentarios:

  1. Monique tendrá otra oportunidad, y más si cabe. La gente brillante se apaga con el agobio pero su luz vuelve siempre, y si no siempre habrá alguien para salvarla :)

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    1. A Monique le queda mucho que aprender. Entre otras cosas a quererse y cuidarse más y mejor en este mundo de fieras. Esperemos que la historia de Monique sirva para que otras personas no cometan sus mismos errores: no se puede ser siempre el sol del Mediterráneo para los demás y la penumbra para uno mismo. No es una forma inteligente de vivir, verdad? :)

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